
¡Qué tal muchach@s!
Después de una breve ausencia estoy de regreso…
Nos disponemos a empezar la séptima semana del semestre. En clase vamos a continuar con los temas 2 y 3 (vectores y movimiento en dos dimensiones). Recuperaremos algunas de las clases perdidas. Ya hablé con los maestros de laboratorio. Vamos a tener clase en esas horas, cada quien el día que le toca.
Bueno, hoy voy a calificar el primer examen para entregárselos en la semana.
Esto ha hecho que piense bastante en el acto de calificar y en las calificaciones. Les comparto algunas reflexiones.
En verdad que se me hace difícil poner calificaciones. ¡Me parece algo tan subjetivo!
Quisiera se inventara una regla para ponerla enseguida del cerebro de cada quien y saber inmediatamente la calificación que sacaron: 100, 90, 80… Pero no. Tengo que hacer alguna otra cosa para calificar.
Y siempre que se hace un examen, uno piensa: ¿estaré evaluando realmente lo que enseñé? ¿Las preguntas corresponderán a lo que se vio en clase y/o a lo que captaron los alumnos? Esto es difícil saberlo…
De igual manera uno se pregunta si un examen escrito es la mejor manera de saber “cuánto aprendieron”.
¿En realidad no hay otras maneras de evaluar? ¿Y si algún(a) alumno(a) sabía mucho, pero justo no sabía una o dos de las preguntas del examen (sólo eso no sabía…)? ¿Y si alguien se pone tan nervioso que no puede demostrar lo que sabe? ¿Y si alguien está pasando por un mal momento y hace un mal examen por esa situación?
¡Son tantos factores los que pueden influir en la calificación del examen!
Igual, cuando el maestro califica, ¿qué tal si no entendió el trabajo del estudiante? ¿Se requiere ser estricto con los resultados o hay que ser medio flexible y considerar el procedimiento también?
Todo esto hace que la calificación sea un tanto subjetiva y simbólica. Si alguien saca 50 no necesariamente significa esto que no sabe “Mecánica y Fluidos”. Igual, quien saca 100 no necesariamente domina el tema… Así que no hay que creerse mucho las calificaciones.
Sin embargo, creo que si es necesario buscar tener un buen promedio. Finalmente, las calificaciones son su carta de presentación ante alguien que no los conoce.
Piensen en el momento de solicitar un trabajo. Si quien los va a contratar tiene que escoger entre dos candidatos con EXACTAMENTE los mismos méritos, EXCEPTO las calificaciones: ¿A quien escoge, al de promedio de 80 o al de 100? (Todo lo demás es igual). Pues es muy probable que se escoja al de promedio de 100. Eso parece un tanto lógico.
Igual, si ustedes quieren continuar sus estudios y obtener una beca para una maestría o un doctorado (¡les recomiendo esto último! Y planéenlo desde ya…), si quieren obtener beca, normalmente se pide un promedio mínimo de 80. Pero obviamente, mientras más alto el promedio, mejor.

Por cierto, ya que estamos en esto de las becas, quiero decirles que es bastante fácil conseguir una beca para realizar estudios de postgrado, ya sea de maestría o doctorado, en México o en el extranjero.
De hecho, les sugiero visiten la página del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Ahí podrán encontrar muchas ofertas de becas y se van a ir familiarizando con los requisitos. La dirección es (pongo un vínculo también en la parte superior izquierda):
www.conacyt.mx
Los requisitos más fuertes son: promedio mínimo de 80 (aunque mientras más alto, mejor), así como dominio del inglés (para cualquier lugar a donde quieran ir) más dominio del idioma del país que escojan.
En la página de Conacyt, vean la sección de Convocatorias abiertas (está muy visible a la derecha de la página de inicio). Verán que en este momento hay muchas convocatorias abiertas. Está la del gobierno francés; está la del alemán (DAAD); y hay una para hacer estudios en el extranjero, además de otras.
Muchach@s: ¡es fácil obtener becas! Y de hecho, nosotros las pagamos, pues salen de nuestros impuestos. Así que aprovechen. De hecho, gente que evalúa esos programas me ha dicho que algunas de esas becas, sobre todo las internacionales, se desperdician por falta de candidatos. ¡En serio! ¿Cómo ven esto?

Si se lo proponen, lo pueden conseguir. Sólo tienen que tener un promedio alto, y dominar idiomas. Métanse al inglés con seriedad y dedicación.
Planeen su vida desde ahora. ¿Qué quieren hacer en cinco, diez, quince años? Están jóvenes y tienen muchas posibilidades. Tienen tiempo y energía. Tal vez sólo les falta un poco de conocimiento y de visión. Nosotros tal vez les podemos ayudar con esto último.
Y recuerden que, como dijo el poeta: cada quien puede ser el arquitecto de su propio destino…

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